Entendiendo la misión del Líbano según se declaró en la Carta Apostólica del Sumo Pontífice Juan Pablo II sobre la situación en el Líbano (1989):
“...el Líbano es algo más que un país; es un mensaje de libertad y un ejemplo de pluralismo tanto para Oriente como para Occidente”
Es necesaria la pronta restauración del equilibrio confesional en el Líbano, con la finalidad de mantener la paz civil, y de que el mismo pueda seguir siendo, como lo fue desde hace más de mil años, un mosaico multiconfesional donde se puedan expresar las libertades religiosas y a la vez asegurar la permanencia cristiana, pues el Líbano es el último bastión cristiano de todo el Medio Oriente.